La presidenta del grupo y la fundación Bertelsmann, Liz Mohn, apeló a una nueva cultura empresarial fundamentada en el compromiso social para superar la crisis y afrontar con éxito la globalización. “Nuestro lema –explicó Mohn-, es que propiedad significa responsabilidad. Muchos empresarios demuestran a diario cómo la gestión debe estar vinculada al compromiso social, y en ellos debemos inspirarnos”. Mohn recordó que el desempleo juvenil en España alcanza el 25%, “y es ahí donde debemos centrar nuestros esfuerzos”. La presidenta de Bertelsmann instó a los empresarios a comprometerse activamente en la resolución de los problemas de su entorno y, a su vez, a esforzarse para ofrecer a sus empleados “seguridad, continuidad y valores”. “Para cambiar las culturas empresariales –añadió- hace falta tiempo, pero es una labor necesaria”.

Liz Mohn recibió la medalla de honor de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF) durante la sesión de apertura del curso académico, que se celebró en el Salón de Actos del Fomento del Trabajo Nacional. El acto estuvo presidido por el presidente de la RACEF, Jaime Gil Aluja, quien destacó la labor empresarial y social de Liz Mohn y la puso como “ejemplo de liderazgo en la sociedad civil europea”. Liz Mohn recibió en 2007 la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil que concede el Rey don Juan Carlos por su labor al frente de la Fundación, creada en 1995 y con sede en Barcelona. Desde entonces viene impulsando proyectos de sociales y culturales y fomentando una nueva cultura empresarial sensible con los problemas de la sociedad. Mohn es también presidenta de la sociedad gestora de Bertelsmann, el primer grupo de comunicación de Europa, con cerca de 400 empresas y casi 90.000 empleados. La cadena de televisión alemana RTL o Random House, además de numerosas cabeceras de diarios y emisoras de radio conforman la presencia mediática del grupo. En España, Bertelsmann es propietario de Círculo de Lectores y de editoriales como Grijalbo, Lumen, Plaza y Janés o Rosa dels Vents, entre otras. Su trayectoria ha sido reconocida con otras distinciones, como el doctorado honoris causa por la Universidad de Tel Aviv, por su apoyo del diálogo judeo-alemán, y por el Club de Roma, donde en 1999 se convirtió en el primer miembro femenino.