Fiel al lema que ostenta en su emblema distintivo, la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España ha trabajado, de manera ininterrumpida y al margen de las condiciones externas en que debía desarrollarse su labor, cambiantes en función del contexto y de las circunstancias históricas, por aunar en su quehacer ambas realidades, ambos referentes: el ámbito de la reflexión teórica, del debate científico, y el de la preocupación por la adecuación de los métodos de gestión de la acción empresarial. Ambos en uno: el discurso económico y la praxis financiera.