El Presidente de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF) presenta en cada Junta de Gobierno una reflexión sobre la actualidad y su interpretación desde una óptica científica así como el papel que debe jugar la institución ante los nuevos dilemas que se plantean. Un análisis que la Real Corporación ha querido abrir a la ciudadanía desde esta tribuna en la que se publicarán todos sus informes.
Reunión de la Junta de Gobierno del 10 de abril de 2025
Nuestro Presidente inicia su informe, recordando sus palabras de la pasada reunión del 13 de febrero del 2025, en el sentido del revuelo que han causado prácticamente todos los medios de comunicación del mundo priorizando sobre otras importantes noticias, las que de manera persistente y continuada ofrece el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Primera conclusión: parece existe un programa para conseguir acaparar la atención, más que unas iniciativas espontaneas o bien ocurrencias de un supuesto personaje singular.
Por otra parte, se constatan determinadas decisiones, al compás de ciertas situaciones económicas, que no dejan de ser preocupantes las unas y merecedoras de un análisis más profundo las otras.
Valga, para avalar cuanto hemos dicho la alta inversión de Estados Unidos y China en inteligencia artificial, en relación con los demás polos del poder mundial.
Y, ello, aun cuando la evolución de las más significativas magnitudes macroeconómicas no señalarían, en principio y por sí solas, la necesidad de volcar urgentes masas financieras en este campo.
Hemos escogido para representar cuanto estamos tratando, una magnitud macroeconómica tan sensible como es la deuda pública total.
Junto con ella incorporemos otra magnitud, el Producto Interior Bruto (PIB), necesario para el más elemental razonamiento destinado a alcanzar nuestro objetivo.
Las últimas informaciones que nos ha sido posible obtener, relativas a finales del año 2024 (provisionales), sitúan el PIB de Estados Unidos alrededor de los 30,5 billones de dólares americanos.
En las mismas fechas, aproximadamente, el Producto Interior Bruto de otros países o polos del poder mundial eran: para la República Popular China 19,8 billones de dólares; para Alemania 5 billones de dólares y para Japón 4,5 billones de dólares. Los más grandes países europeos (excluyendo Alemania), es decir Reino Unido, Francia, Italia,… no alcanzaban los 4 billones de dólares. Las diferencias, pues, con Estados Unidos eran y continúan siendo muy importantes, incluso con China.
Ahora bien, el conocimiento del PIB, de un polo de poder o país, siendo importante en sí mismo, no explica algo tan buscado como es el bienestar de los humanos que en él habitan.
Este nuevo objetivo se halla, en cierto modo, a través del PIB per cápita, aun cuando no sea suficiente para conocer su distribución, es decir el grado o nivel en el que el bienestar o, como reiteramos frecuentemente la prosperidad, es compartida.
Pues bien, dado que la deuda pública de Estados Unidos actual se sitúa en una cifra cercana a los 35 billones de dólares, hallamos una primera magnitud que permite percibir, aunque de manera grosera, si se quiere, la situación relativa de un polo de poder o país: el peso de la deuda pública de Estados Unidos en relación con su Producto Interior Bruto, representa el 115%, aproximadamente.
Otro punto sensible del panorama macroeconómico de Estados Unidos es la balanza de pagos.
Como es conocido, la balanza de pagos de un polo de poder o país es un resumen numerizado de las transacciones de un polo de poder o país con los demás polos o países del planeta. Contiene tres cuentas independientes: cuenta corriente, cuenta de capital, y balanza comercial.
La balanza comercial recoge el componente más elevado en términos monetarios de la balanza de pagos y es, a su vez, el que tiene mayor interés a nuestros efectos, dado que es estructuralmente desfavorable para Estados Unidos y, en los últimos años, registra un déficit que gira en torno a los 1.200.000 millones de dólares.
Otro aspecto negativo se añade al déficit estructural: sólo sería posible revertir la tendencia con modificaciones radicales y medidas que afectarían a fondo la inercia seguida hasta ahora. Pero esto no resultaría percibido de manera positiva en las transacciones internacionales, como tampoco lo sería volver a la estrategia del anterior presidente Joe Biden y su equipo, cuando se enfrentaban a la incidencia económica de la pandemia de la Covid-19.
En este caso que estamos rememorando, las medidas adoptadas fueron formalmente discretas, tal como hicieron otros muchos polos del poder y países: fomentar la actividad económica a costa de aumentar el gasto público.
La solución que se adoptó entonces, no resultó negativa a corto plazo, ya que se consiguió aflorar unas incidencias directas interesantes, aunque no fueran forzosamente favorables las de segunda y tercera generación.
Sin lugar a dudas, se puede afirmar que una situación como la que representa este elemental pero importante dato es cuanto menos “preocupante” para quien está tratando de llevar a buen fin los destinos de un país, aun cuando sea, o porque es, el polo del poder mundial más importante, por ahora Estados Unidos.
La Real Academia está llamando la atención a este respecto, desde hace muchos años, y, en su seno, fue objeto de una hoy muy conocida y utilizada teoría de Kaufmann y Gil Aluja: nos referimos a la teoría de los efectos olvidados, elaborada en base a la obra de los mismos autores: "Modelos para la investigación de efecto olvidados", Ed. Milladoiro, Vigo, 1988 (ISBN: 84-404-36-2)
Exhortamos a tomar conciencia de esta situación, le asignen la prioridad que en esencia merece y redoblen sus esfuerzos para darle solución o minorar sus efectos negativos.
La Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras dispone de un poso de conocimientos, fruto de las experiencias acumuladas desde que, hace años, iniciamos un viaje en el que el humano era considerado en su integridad, con sus pensamientos reales, en los que la razón era acompañada de la imaginación.
Este viaje se ha convertido en una aventura humana, en la que ha tomado todo su protagonismo nuestra "golden box", "boite d’or", "caja dorada", que es la imaginación.
Este sueño no es ni más ni menos el sueño que fue el de Hipócrates (460-370 a.c.), el de Henri Bergson (1859-1941), el de Paul Valéry (1871-1945) y el de tantas y tantas personalidades de nuestra historia: una matemática mejor adaptada a las ciencias del humano y para el humano. Un sueño que quizás otros revivirán en la Escuela de Economía Humanista de Barcelona.
Es importante el interés por los grandes problemas que afectan a la actividad primaria de los polos del poder mundial y a las naciones que los forman, o son susceptibles de integrarse en un futuro en ellos. Pero, sin olvidar las "pequeñas incidencias" que nublan nuestros que haceres sociales, académicos y personales.
Reunión de la Junta de Gobierno del 20 de marzo de 2025
Como bien saben los miembros de esta Junta de Gobierno, desde hace algunos años se ha instalado en nuestros trabajos de investigación la idea de cambio en los polos de poder mundial, en su estructura misma (por los estados que los componen) y en su funcionamiento (por las políticas y estrategias adoptadas por cada uno de los estados).
La inicial curiosidad científica se ha ido tornando en inquietud, a medida que nos íbamos adentrando en los recónditos vericuetos del ideario, los trabajos y los objetivos de cada uno de los polos de poder mundial.
Tanto es así, que la Junta de Gobierno de aquellos momentos acordó dedicar uno de nuestros actos internacionales al análisis e investigación sobre la naturaleza y el grado o nivel de su "poder". Este acuerdo se materializó, más tarde, en el Solemne Acto Académico conjunto entre la Swiss UMEF University y nuestra Real Corporación, en Ginebra, los días 16 a 19 de abril de 2024.
El resultado de este encuentro fue publicado en un libro: "Las expectativas económicas inciertas en el inquietante orden mundial" (RACEF Ed., Barcelona 2024, ISBN: 978-84-09-63277-0) en el que académicos y miembros de la red internacional Barcelona Economics Network de cuatro continentes ponían en evidencia, desde posiciones distintas, la transformación profunda que se estaba realizando en el más alto nivel del poder político, militar, social y económico de nuestro pequeño mundo.
También afloraba, con vigor, la preocupación por el llamémosle desfase entre estos cambios en una realidad que podría inundar nuestra sociedad y la investigación económica de los gabinetes más avanzados, que debieran proporcionar los instrumentos formales, capaces de conocer las causas que motivaban estos cambios para detectarlos a tiempo y prevenir sus efectos no deseados.
La perseverancia en nuestros trabajos ha conducido a la decisión de trasladar a los miembros de esta Junta de Gobierno una reflexión que justifica a la Real Academia como integrante de la Red Panhispánica del Lenguaje Claro, en la necesidad de no solo utilizar palabras nuevas ante fenómenos antes inexistentes, sino definirlas o, en su defecto, explicarlas.
Permítanme que, como muestra representativa, situemos, en el foco de nuestro interés unos conceptos, incidencia y conjunto borroso, de distinta naturaleza, que estamos utilizando casi de manera continuada, pero que, a nuestros efectos, no se han explicado suficientemente bien.
No se trata de definir aquí y ahora de manera estricta todos los conceptos, únicamente creemos pueden ser útiles las palabras que siguen a modo de ilustración. Veámoslo:
1.- El concepto de incidencia está asociado a la idea de efecto de un conjunto de entidades sobre otro conjunto de entidades o sobre sí mismo. De hecho, el concepto de incidencia se pude asimilar al de una función matemática.
En nuestro campo de investigación lo utilizamos en lo más simple (como es el caso de que una incidencia exista o no exista) hasta en las interpretaciones más complejas, cuando se introducen los matices de la mente humana.
La noción de incidencia, que se encuentra en todas las ideas, decisiones y acciones del humano en sociedad, es aparentemente trivial. Tanto es así, que, en demasiados casos, la encontramos empleada inadecuadamente. Es tan natural, que la utilizamos mecánicamente en nuestros pensamientos, sin pasar por el filtro de la reflexión.
Científicamente hablando, se producen errores o confusiones con otros conceptos que es necesario evitar.
Esto sucede, frecuentemente, cuando las incidencias se propagan en una red de encadenamientos por fases o etapas, en las que se hace presente el olvido.
Y esto acontece desde las decisiones en la vida de familia hasta en las decisiones de las más altas instancias de los polos del poder mundial.
No deseamos ser reiterativos, aunque sí desearíamos subrayar una característica capaz de separar dos conceptos, efecto e incidencia, muy importante en la era de la inteligencia artificial, de semejante manera como hacemos con los de objetividad y subjetividad, con mecanicismo y humanismo, con lo medible y lo valuable, con la certeza y la incertidumbre.
Como conclusión provisional, diremos que se deben utilizar los primeros términos en el ámbito del determinismo (certeza y medibilidad) y los segundos en el campo de la imprecisión (incertidumbre, valuación).
2.- El término original de Lofti Zadeh, "Fuzzy sets", en francés "Ensembles floux" y que junto con mi maestro Arnold Kaufmann y otros compañeros de viaje traducimos a la lengua española como conjuntos borrosos y en otros ámbitos como conjuntos difusos nace, como todos en este foro sabemos, con el artículo del profesor Zadeh, "Fuzzy Sets", en el año 1965.
En los inicios, como casi siempre sucede este concepto no tuvo una gran aceptación. No era el primero que había hecho un original trabajo en el ámbitos de las lógicas multivalentes, se citan, habitualmente, como matemáticos que se internaron en este campo los polacos Jan Lukaciewicz (1878-1956) y Emil Post (1897-1973), el rumano Gregoire Moisil (1906-1973) y Beltran Rusell (1872-1970), entre otros.
Las palabras "fuzzy" y "flou", borroso o difuso, adquiere en los diferentes idiomas más bien un sentido no muy agradable, lo que habitualmente les importa poco a los grandes matemáticos.
En nuestro caso y por ahora, tampoco tenemos inconveniente en utilizar el término borroso o difuso, aun cuando nos parece que la palabra difuso tiene un sentido expansivo, mientras que la palabra borroso al ser la opuesta a nítido tiene el sentido de no ir hacia fuera. En nuestro campo de estudio, la economía, los "fuzzy sets" buscan más bien ir hacia adentro, reducir la incertidumbre.
Es una cuestión que, cuando lo consideren oportuno le darán una solución los Excmos. Académicos de la Real Academia Española, hermanos nuestros en el Instituto de España.
En algunos cenáculos se dice que todo cuanto se realiza con la utilización de los subconjuntos borrosos también es posible explicarlo por otros caminos. Es posible, como también lo es para muchas otras teorías matemáticas, ya que un principal objetivo de estas teorías es reunir conceptos en un cuerpo de doctrina en donde preside la claridad, la rigurosidad y la generalidad.
En nuestro caso de la teoría de los conjuntos borrosos operamos con procedimientos muy adecuados a nuestro objetivo de abordar, en su caso con algoritmos, la imprecisión, la incertidumbre, la complejidad y el pensamiento humano, incorporando su componente de subjetividad.
Hemos emprendido una aventura humana, sirviéndonos de nuestra "Golden box", "boite d’or", estuche dorado, que es la imaginación.
Nuestro sueño es el sueño que fue el de Hipócrates (460-370 a.C.), el de Henri Bergson (1859-1941), el de Paul Valéry (1871-1945) y el de tantos y tantos: una matemática mejor adaptada a las ciencias del humano y para el humano. Un sueño que quizás otros vivirán en la Escuela de Economía Humanista de Barcelona.
Todo cuanto antecede constituye, a grandes rasgos, una descripción del ámbito más general en el que tienen lugar las actividades de las altas instituciones, como es el caso de nuestra Real Academia, así como el esbozo de las posibles alternativas de futuro, de quienes van a imponer las directrices sobre las relaciones internacionales, según la naturaleza de las alianzas que se lleguen a realizar para formar cada polo de poder mundial.
En un contexto como el expuesto por el Excmo. Sr. Presidente, el Profesor Gil Aluja se pregunta cuál es el papel de la RACEF y si el camino seguido hasta ahora va en la dirección correcta.
Su opinión, que es la de todos los miembros de la Junta de Gobierno, se remite a los resultados alcanzados hasta ahora, altamente positivos.
Desde el punto de vista de la investigación científica, parece claro que la apuesta realizada en su momento: centrar los esfuerzos en un ámbito concreto con visos de futuro, se va constatando día a día, que fue un acierto.