El Presidente de Honor del Club de Roma y miembro de la Academia Mundial, Ricardo Díez Hochleitner, ingresó el pasado jueves, 19 de abril de 2007, como Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (R.A.C.E.F.). Su discurso de ingreso, tuvo lugar en el Colegio de Arte Mayor de la Seda de Barcelona, versó sobre la economía y la financiación de la educación y fue contestado por el también Académico de Número Isidro Fainé.
El nuevo Académico de la R.A.C.E.F. expresó su convencimiento de que “la educación y el aprendizaje son la solución a medio plazo más eficaz y definitiva de los principales problemas que aquejan y deben afrontar las diversas sociedades para lograr un desarrollo sostenible en paz y progreso”. Pese a este convencimiento, Díez Hochleitner aseguró que “esta prioridad no se refleja aún en las decisiones anuales de los gobiernos y los parlamentos”. Aún así manifestó que “son gran mayoría las familias que tienen conciencia de la importancia de tal meta y las que se esfuerzan seriamente por alcanzarla, aún a costa de muchos sacrificios, a favor de sus hijos”. Para ello, el Académico manifestó la necesidad de “financiar adecuadamente la educación y el aprendizaje” como una prioridad esencial de todo Estado moderno. Hochleitner consideró que “una financiación adecuada debe incluir tanto la educación pública como la privada” y abarcar “el sistema educativo y la educación permanente y continuada incluida la enseñanza virtual”. Durante su discurso, el Académico insistió en el tipo de financiación que recibe hoy la educación y recordó que “en algunos países siguen existiendo impuestos directos o indirectos para el sector educativo tales como las cuotas empresariales para programas de formación profesional o capacitación técnica”. Tales impuestos, no sólo recaen sobre las empresas sino que “las instituciones educativas públicas se proveen también de fondos privados, tales como las tasas académicas que pagan los particulares (alumnos y familia) así como de fondos provenientes de entidades privadas, sobretodo por parte de empresas y de fundaciones bien sea para programas de investigación o para estudios de postgrado”. Por otra parte, Hotchleitner constató que la financiación de la educación en libertad, es decir, tanto del sector público como privado, “no es solamente una cuestión técnica localista sino que es un tema de importancia capital, y muy particularmente en el seno de la Unión Europea, para contribuir a una convergencia que permita una creciente homologación de los sistemas educativos y como un medio esencial para que pueda llevarse a cabo la libertad de la enseñanza en democracia”. Asimismo, afirmó que estamos ante cambios considerables y que “la sociedad en general tendrá que tomar conciencia del papel de la Educación en la Economía para ocuparse debidamente de financiar la educación y el aprendizaje individual y colectivo de muy variadas formas”. “Las modalidades de inversiones en educación y de financiación educativa hasta ahora conocidas tendrán que ser profundizadas y perfeccionadas además de poner en práctica otras desde la creatividad innovadora para garantizar un futuro mejor para la humanidad”, concluyó.
