"Es indispensable cambiar el modelo actual de crecimiento, y enfocarnos en uno nuevo que se centre en la eficiencia de los recursos y el cuidado del medio ambiente. Para ello, nuestro gran reto es buscar alternativas eficientes y sostenibles, modificando nuestra forma de producir y consumir. Con la situación actual y el pronóstico futuro, la Bioeconomía, puede ser una buena estrategia para ayudar a encontrar soluciones para estos problemas ya que comprende todas las actividades económicas basadas en el uso de recursos biológicos renovables para producir alimentos, piensos, bioenergía y bioproductos", señaló el recipiendario. La Bioeconomía se basa en la utilización de recursos de base biológica, que son los que contienen recursos de carbono orgánico no fósil, derivados de plantas vivas, animales, algas, microorganismos o corrientes de desechos orgánicos.

El Académico destacó que, en cualquier caso, la potenciación de esta economía es un propósito realista y recordó cómo la Bioeconomía en Europa representó en el año 2019 un volumen de negocio aproximadamente de 2.346 millones de euros y ha brindado empleo a aproximadamente a 17 millones y medio de personas. España, según los datos oficiales, representa el 10% de la Bioeconomía europea en producción y el 8% en empleos. "Los resultados de nuestros análisis indican que son los productos tradicionales de la Bioeconomía son los más apropiados para realizar políticas que busquen el crecimiento de este nuevo modelo, tan viable como necesario", concluyó.