La economía hoy en día se ha establecido como una ciencia de medios y no de fines. La ciencia económica tiene por esencia lo útil, en los valores de lo útil, que son los bienes exteriores al hombre, ya planteado el tema por Aristóteles. Los valores de lo útil se consumen cada vez, los del espíritu se suman, se conservan. Hasta la fecha no se ha hecho una distinción de lo económico con lo extraeconómico y la mútua relación sustancial con los bienes, en el hombre y en la vida social. En el orden técnico se hace una reducción comparativa de fórmulas en el mundo contemporáneo: idea de un fluir y de un permanecer (Wagemann, Akermann) idea de algo real (Dähmen, Sellier); idea de distribución y orden entre partes (Clark, Clemens); idea de algo orgánico (Harms, Wagermann) aunque no hay ninguna idea fundamental que nos satisfaga y por tanto vamos a presentar nuestro propio enjuiciamiento, al parecer aporético, de que las necesidades radicales del hombre son de cinco órdenes: económico, defensivo, jurídico, político-social y religioso. La conclusión simplicísima cual la clarificación de toda verdad, es que la vida de los pueblos solamente puede ser sana cuando su constitución se acomoda al equilibro entre todos los ordenes y cuando sus acciones tengan en cuenta los límites que cada orden tiene por naturaleza con respecto a los demás.