Resumen:
“Suele afirmarse, aparentemente no sin algo de razón, que la Contabilidad es ciencia de naturaleza económica. Tal vez sí, si así se acepta, porque para cualquier empirista convencional, ¿en qué otra significación razonable cabría pensar? Pero el mundo económico y las microunidades que lo integran, hipotético objeto esencial de la Contabilidad, no son más que una estructura circulatoria de interacción-acumulación. Aun cuando pueda sonar como a modo de presunto anatema, cualquier realidad circulatoria natural o artificial que compatibilice con su metodología científica debe abundar, pues, en la expansión del quehacer funcional de la Contabilidad. No cabe constreñir su objeto material, por consiguiente, sólo al mundo económico sino, antes bien, ampliar su tipificación formal como ciencia de información de estructuras circulatorias, sea cual fuere la naturaleza que las defina”. Pero el mundo económico y las microunidades que lo integran, hipotético objeto esencial de la Contabilidad, no son más que una estructura circulatoria de interacción-acumulación. Aun cuando pueda sonar como a modo de presunto anatema, cualquier realidad circulatoria natural o artificial que compatibilice con su metodología científica debe abundar, pues, en la expansión del quehacer funcional de la Contabilidad. No cabe constreñir su objeto material, por consiguiente, sólo al mundo económico sino, antes bien, ampliar su tipificación formal como ciencia de información de estructuras circulatorias, sea cual fuere la naturaleza que las defina”.