Resumen:
“La Tierra se muere” es la inscripción normal y premonitoria que da origen a la reflexión sobre la problemática del medio ambiente y que de forma realista se inicia con el Informe Brundtland (1987) y su palabra clave es perpetuidad (preservar las condiciones necesarias para la vida de las generaciones futuras). Nuestra Tierra alberga 5000 millones de seres humanos. Parece que en el próximo siglo habrá entre 8 y 14.000 millones de almas. La pobreza es el principal problema ecológico y la causa de los problemas ecológicos. El centro holandés RIVM ha establecido un modelo de política de medio ambiente en base a cinco escalones: a) nivel mundial (destrucción capa de ozono y efecto invernadero); b) nivel continental (lluvias ácidas, “smog”, accidentes nucleares como Chernobil); c) ríos (vertidos de metales y sustancias no degradables) que llevan el desequilibrio de los ecosistemas; d) región (tratamiento desperdicios, gestión de aguas) y e) problemas locales (calidad del aire, ruidos, olores, almacenamiento de materias peligrosas). La gestión orientada hacia la calidad del medio ambiente debe tener su fundamento en la política comunitaria, de proteger las regiones más vulnerables. Una política rigurosa en materia de medio ambiente significa una política costosa y creciente de los precios de nuestros productos, pero se revelan eficaces a largo plazo. Como conclusión, recuerda la frase “La Tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la Tierra. El mal que él haga a la Tierra se lo hace a sí mismo”.