Jaime Lamo de Espinosa, Exministro de Agricultura y Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF), ha considerado que la lucha contra la crisis climática y la seguridad alimentaria deben ir de la mano y, en ningún caso, las políticas de sostenibilidad deben limitar la actividad agrícola. El experto ha realizado esta reflexión durante su participación en el tercer Ciclo de Conferencias Internas, donde ha presentado la ponencia "Cambio climático, incertidumbre y hambre". La sesión ha podido seguirse por streaming a través del canal corporativo de YouTube.
"La crisis climática se ha convertido en una nueva variable económica. Desde finales del siglo XIX las temperaturas medias se han elevado y se ha considerado que se debe al crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono. Vivimos por tanto ante una mayoría que cree que el calentamiento se debe a ello y tiene origen antropogénico, aunque no es la única teoría que lo trata de explicar", ha iniciado Lamo de Espinosa su intervención. Para el Académico, mientras no exista un consenso claro en esta material será imposible que todos los países limiten sus modelos económicos en pos de lo que acaba siendo un dogma.
"Tenemos una variabilidad climática general que los modelos realizados mediante la supercomputación no han sido capaces de imitar. Cualquiera que sea el origen del calentamiento global, si la teoría no está suficientemente demostrada y aceptada será difícil convencer a todos los países de implementar políticas comunes que vayan en la misma dirección", ha considerado.
En cualquier caso, Lamo de Espinosa ha situado la seguridad alimentaria al nivel de la lucha contra la crisis climática, asegurando que la agricultura es una solución común y habría que pensar en no ponerle limitaciones. "Es posible una agricultura extensiva, productiva y sostenible. El agua es la solución, porque los cultivos de regadío son los que generan más alimentos. En el actual contexto necesitamos más presas, más trasvases y más desalinizadoras. Las medidas del Acuerdo de París son reduccionistas", ha concluido.
