Resumen:
Para empezar, debo decir que nadie parece poner en duda la conveniencia de inversiones y gastos en Educación e incluso son cada vez más numerosos quienes reconocen y aún afirman que la Economía de la Educación se hace merecedora de una muy alta y aún principal prioridad entre las inversiones públicas, además de las privadas. Sin embargo, los datos históricos muestran una y otra vez la incoherencia entre las palabras y los hechos, es decir, las declaraciones de intenciones frente a las consiguientes actuaciones.
El alcance e impacto del conocimiento está causando un intenso y amplio cambio social, ya que ahora somos cada vez más conscientes que para lograr un proceso de desarrollo sostenible debemos involucrar a personas especializadas, con amplios conocimientos y con una sólida formación cultural basada en valores éticos, ya que son ellas las que saben ejercer su labor de forma responsable y en equipo en tanto que recurso principal en su respectiva sociedad. Por consiguiente, reconocer que ni el conocimiento, ni la especialización son por sí solos suficientes es hoy, más que nunca, esencial porque se trata de lograr no sólo una muy elevada instrucción sino también una formación, una verdadera educación, que conlleva esa indispensable formación cultural así como una formación en valores éticos y morales que sean siempre el referente básico de toda actuación a lo largo de la vida. Tal es el urgente cambio histórico necesario que, en la medida en que se haga realidad efectiva en el mundo, propagará el bienestar, la paz y la libertad en democracia.
Bien puede asegurarse que financiar adecuadamente la educación y el aprendizaje es o debe ser prioridad esencial de todo Estado moderno con visión de futuro. Una financiación adecuada debe incluir tanto la educación pública como la privada y abarca tanto el sistema educativo y la educación permanente o continua (incluidas desde la educación prenatal hasta la educación de adultos y de la tercera edad, además de la formación profesional y la formación formal), como los modernos procesos de aprendizaje, es decir, la enseñanza a distancia y las diversas modalidades de aprendizaje, incluida la enseñanza virtual gracias a las nuevas tecnologías en la educación no formal e informal.
En último análisis siempre se llega a la conclusión según la cual Educación y Aprendizaje son la solución a medio plazo más eficaz y definitiva de los principales problemas que aquejan y deben afrontar las más diversas sociedades para lograr un desarrollo sostenible en paz y progreso. Sin embargo y pese a lo muy extendido de tal convencimiento, tal deseable prioridad absoluta no se refleja aún en las decisiones anuales de los gobiernos y parlamentos. En cambio, son gran mayoría las familias que tienen conciencia de la importancia de tal meta y las que se esfuerzan seriamente por alcanzarla, aún a costa de muchos sacrificios, a favor de sus hijos.