Este discurso no intenta solucionar el vasto problema de la vivienda, pretende simplemente exponer las normas o el criterio que debería seguirse para llegar rápidamente a su solución, mediante una labor conjunta reclamada por la complejidad y diversidad de problemas de todo orden que plantea el de la vivienda, a saber: jurídico, higiénico, social, técnico, arquitectónico, administrativo y contable. Si lo económico-financiero ha de supeditarse a lo humano-social, es preciso, para coordinar ambos aspectos, tener una idea previa del concepto humano-social en la relación con la vivienda. De la relación entre los humano-social y lo económico-financiero se llega a la conclusión de que la unidad moral del hombre es el todo. Sus actos y actividades se proyectan en la colectividad. Y la vivienda recoge y expresa en síntesis todos los aspectos de la vida de un país.