Como prolegómeno más amplio deberíamos remontarnos a la época de Fra Luca Pacciolo, el descubrimiento del camino marítimo hacia la India, el éxito de los descubrimientos, la expulsión de los judíos de Portugal por el rey Manuel I, dos siglos de vacío, hasta que el rey José I nombra el Marqués de Pombal como primer ministro y el resurgir de Portugal coincide con la constitución de la Escuela de Comercio (que a lo largo de los años ha cambiado de nombre). Entronca el discurso con la evolución en España de las enseñanzas mercantiles, desde la creación del título de “contador mercantil” en 1903, hasta la creación de las Facultades de Ciencias Empresariales en 1953, y con ellas, la introducción de enseñanzas como Economía de la Empresa, que dio lugar a nuevas vías para la investigación, como la Teoría de Sistemas, la Teoría de la Decisión, la Teoría de la Contingencia, la Teoría del Caos, etc. que convierten las enseñanzas de las ciencias empresariales en una enseñanza diferente, con características propias y estamos en condiciones de dar forma a una visión ibérica de las ciencias empresariales y de su enseñanza, para formar gestores aptos para conducir a las empresas con mayor eficacia y dar vida a nuevas empresas creando nuevos empleos.